Los palacios nazaríes son el conjunto formado por el Palacio de Comares, construido en primer lugar, y el Palacio de los Leones. Cronológicamente fueron levantados después de la alcazaba, el generalife y el Partal, siendo su construcción del primer tercio del siglo XIV. Constituía la sede de las funciones administrativas, de la corte, protocolo y retiro y disfrute privado. Al bajar las escaleras de acceso, se van encontrando las siguientes dependencias:
Mexuar
Es la sala más primitiva. En época árabe servía de sala de audiencia y justicia para casos importantes. Tenía una cámara elevada cerrada por celosías donde se sentaba el sultán a escuchar sin ser visto. No existían las ventanas laterales. Tenía el techo abierto en su parte central. Al fondo se encuentra una pequeña habitación, que servía de oratorio, desde donde se divisa el Albaycín, se encuentra orientado de forma diferente a la muralla, para cumplir su función religiosa. La decoración es el resultado de multitud de intervenciones entre el siglo XVI y el siglo XX. En tiempos cristianos se utilizó esta sala como capilla. A continuación se entra en un patio con fuente en el centro y una cámara a la izquierda, denominado patio del Mexuar.
Patio del Mexuar o del Cuarto Dorado
No se conoce con certeza el destino dado a esta zona en época árabe. Si se conoce que se adaptó como habitación para Isabel de Portugal, para su estancia en la Alhambra, aunque nunca llegó a ocuparla. En la fachada del cuarto destacan los capiteles de su arco de entrada. Dentro del cuarto sobresale la techumbre, en madera de cedro, y decoración de piñas y conchas. Bajo él, ventanas cerradas con celosías. Dos portadas rectangulares bordeadas de cenefa de cerámica. La estancia está decorada con pinturas góticas y escudos y emblemas de los Reyes Católicos.
Existen dos puertas, una que conduce al palacio oficial y otra que no conduce a ningún lugar. La que conduce al palacio es más sencilla que la otra, se trataba así de confundir a los asaltantes y ladrones.
La fachada del palacio fue erigida por mandato del Mohamed V, siendo inaugurada en 1370, es una fachada interior que no anticipa la majestuosidad del interior del palacio.
La Catedral de San Pedro de Vic, en la provincia de Barcelona, atraviesa en sus estilos gran parte de la historia arquitectónica europea, desde el románico, hasta el neoclásico, pasando por el gótico pleno, el tardío y el barroco. El edificio es actualmente sede de la diócesis de Vic.
Historia
La catedral inicial fue construida durante el episcopado del obispo Oliba de Vic en estilo románico, siendo consagrada por el arzobispo Wifredo de Narbona. De esta etapa se conservan la torre del campanario y la cripta, cuyos capiteles pertenecen a un templo anterior.
El claustro data del siglo XIV, destacando de él la columnación y los capiteles, en un marcado estilo gótico. A este estilo pertenece también el retablo mayor, aunque de un gótico más tardío, ya que data del siglo XV. Ya en el barroco se incluye la capilla de San Bernardo.
Sin embargo, la mayor ampliación se produce entre 1781 y 1803, período en el que se realiza la remodelación del templo a manos de Josep Moretó i Codina quien le dio su actual carácter neoclásico. De esta etapa data la actual portada de la catedral.
Ya en el siglo XX, destacan las pinturas murales del interior de Josep Maria Sert. En 1931 la catedral es declarada Monumento Histórico Artístico, pero poco después, en los primeros años de la Guerra civil española, la catedral sufre un incendio, que provoca el derrumbe de parte del edificio, siendo poco después restaurado.
Características
Exterior
La fachada de la catedral pertenece a la remodelación de 1803, presentando un aspecto neoclásico. En su parte superior, se sitúa un rosetón central, flanqueado por dos ventanas. Cada entrada de luz se corresponde en la parte inferior de la fachada con una portada. Destaca la central, que descansa sobre dos pares de columnas dóricas y sobre la que se sitúa una figura de la virgen. Las tres portadas contienen arquivoltas de la antigua fachada románica.
El campanario es de mediados del siglo XI, y presenta rasgos del románico lombardo. Su planta es cuadrada, manteniendo su forma desde los cimientos, hasta la parte superior, a 46 metros de altura. Está dividido en seis pisos o cuerpos, separados por franjas de piedra entre los que se sitúan los ventanales.
Interior
Lo primero que destaca del interior del templo son las extensas pinturas murales de Josep Maria Sert, que representan escenas evangélicas como la Redención, y que datan de 1930.
En la girola de la catedral, tras el actual retablo mayor, se conserva el primitivo, de estilo gótico. Está dedicado a Santa María y a San Pedro, y junto a él se encuentra la tumba del obispo Oliba.
El claustro se sitúa al lado de la catedral, y está formado por dos pisos. En el superior, destaca el labrado de los capiteles de sus columnas. El inferior, de estilo románico, contiene en su centro una escultura del filósofo Jaime Balmes. Desde este piso se accede a la sala capitular, del siglo XIV, de la que destaca su bóveda octogonal que trasmite el peso a los muros de planta cuadrada.
La cripta de la catedral es lo único, junto al campanario, que se mantiene de la catedral románica inicial. Su consagración se realizó en 1038, y los capiteles de sus columnas son aún más antiguos, habiendo pertenecido a la antigua catedral prerrománica.